Túmbese con ambas piernas formando un ángulo y coloque una almohada entre las rodillas. Empuje una rodilla contra la otra, manténgalas así unos segundos y relájese.

Repita este ejercicio varias veces.

Siéntese en una silla o taburete. Levante y baje una pierna cada vez.

Repita este ejercicio varias veces.

Incline la cabeza lentamente hacia delante hasta donde le resulte cómodo y luego llévela hacia atrás suavemente. Repita el ejercicio.

Gire la cabeza lentamente hasta donde le resulte cómodo a la izquierda, a la derecha y al centro. Repita el ejercicio.

Levante una mano o estire un brazo.

Cierre uno de los puños (mantenga la tensión unos segundos) y vuelva a abrir la mano. Repita el ejercicio con la otra mano.

Coja una botella (medio) llena de agua o un objeto de peso similar con una mano. Extienda el brazo y (si es posible) levante la botella.

Suba y baje la botella. Repita el ejercicio con la otra mano.

Parte superior: Túmbese con una pierna en ángulo y mueva la otra pierna en el aire como si montara en bicicleta. Cambie de pierna.

Parte inferior: Mueva ambas piernas en el aire al mismo tiempo como si montara en bicicleta.

Izquierda: Utilice el respaldo de una silla robusta (o una barandilla u objeto similar). Sujete el respaldo de la silla con las dos manos y doble suavemente las rodillas, manténgalas así si puede y póngase derecho de nuevo.

Derecha: Sujete el respaldo de una silla robusta u objeto similar como en el ejercicio anterior. Levante los talones del suelo y manténgalos así unos segundos; vuelva a ponerse derecho. Si se siente seguro, afloje el agarre sobre la silla para entrenar el equilibrio.

Una cocina para Mis riñones